sábado, 22 de septiembre de 2012

Otro tipo de arte.



lunes, 17 de septiembre de 2012

La vida sólo es bella, al principio.

“—Ah… me olvidaba decirte que…
 —Dilo.
—… Que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes ni imaginar. Pero esto no se lo diré a nadie. Sobre todo a tí. Deberían torturarme para obligarme a decirlo.
—¿A decir qué?
—Que quiero hacer el amor contigo. No una vez sólo, sino cientos de veces. Pero a ti no te lo diré nunca. Solo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo, aquí, delante de tu casa, toda la vida.”

 — La vida es bella. (Roberto Benigni, 1997)

domingo, 16 de septiembre de 2012

Máquina del tiempo.


¿No habeis sentido nunca la necesidad de volver a conocer a una persona? 
¿Desde lo más absoluto de los principios?
Comenzando por su rostro, inmediatamente seguido por su voz, su nombre.
A continuación, te sumerges en miles de palabras que te abren las puertas al conocimiento de sus gustos, ideales, metas...
Su pasado. 
O una simple noche de diversión.
Navegas por sus historias sintiendo curiosidad y, a la vez, presión. Porque ya no escuchas con los oídos. Cuando vas conociendo a una persona, a veces, tu estómago se pone en marcha con uno de sus cosquilleos característicos que, seguramente, ya conocías desde hace tiempo. Y que no son consecuencia de una mala digestión.
Vas descubriendo que va brindando a tus oídos relatos personales interesantes y adictivos, sorprendiendote con las curiosidades encontradas en aquellas conversaciones, hasta tal punto que volverías a repetir esa bonita tarde por el centro con demás amigos o esa conversación de chat de doce a dos de la madrugada.
En serio, ¿no os gustaría volver a esa especie de momento de tensión que resulta tan agradable? Yo acabo de tener esa sensación.
Necesito volver a conocerte.
Quiero volver a conocerte. 
Quiero volver a sentir tanta curiosidad hacia ti, volver a oír tus historias, que yo te cuente las mías, que nos riamos de esas chorradas o que no hablemos de nada y hablemos de todo. Que tengamos otra vez nuestro principio.
Pero supongo que le pido más a la vida de lo que tiene, y no me malinterpretes, (aunque como dice Ajo, la memoria lo convierte todo en presente). Quiero ésto porque me ha encantado conocerte. Porque lo volvería a hacer una y mil veces.